Las nuevas tecnologías aplicadas a la investigación en neurociencias permiten entender qué pasa en el cerebro de un meditador y potenciar sus beneficios.

Nuestro cerebro funciona como una especie de tablero en el que, cuando se encienden ciertos botones se desactivan otros, permitiendo así un delicado equilibrio y un proceso de autorregulación que hace posible la vida. De no lograr la autorregulación, el cuerpo viviría un proceso de estrés crónico, cosa que podría generar inflamación en el sistema, predisponiendo a la activación de genes que pueden desarrollar enfermedades como artritis, fibromialgia, hipertensión cardiopatías, cáncer, trastornos de ansiedad, entre otras.

La práctica de Meditación permite que se active el sistema parasimpático del cerebro, y desactiva el simpático; de esta forma el cuerpo y la mente entren en profundos estados de relajación, desactivando la respuesta al estrés, resultando un maravilloso recurso para la creación de salud.

Sin dudas la meditación es un recurso muy valioso que le brinda al ser humano la posibilidad de alcanzar niveles de desarrollo muy elevados. La práctica es muy sencilla y en los últimos años se la ha integrado como un complemento en las psicoterapias de cuarta generación por su efectividad en el tratamiento de trastornos de ansiedad, la prevención de enfermedades y la oportunidad que le brinda a las personas de experimentar estados de felicidad y bienestar general.

 

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En los últimos años la medicina occidental comenzó a poner más atención en el proceso de detoxificación del cuerpo y su importancia en la creación de salud. Este proceso siempre fue considerado y atendido por la medicina china, el Ayurveda, y la medicina tradicional de los pueblos originarios de todo el mundo.

En estas culturas siempre se creyó que el cuerpo tiene una habilidad innata para sanarse a sí mismo pero que el exceso de toxinas puede obstaculizar dicho proceso.

Debido al estilo de vida moderno esta acumulación de toxinas parece inevitable. El aire cada vez más contaminado, el agua llena de productos químicos, los alimentos saturados de agro-químicos, pesticidas, colorantes y conservantes. Si a esto le sumamos  los residuos de procesos orgánicos, y la acumulación de toxinas provocadas por estados emocionales y mentales negativos, podremos darnos cuenta del enorme trabajo que tiene nuestro cuerpo para deshacerse de todas estas toxinas.

La medicina Integrativa que atiende al cuerpo, la mente y las emociones permite comprender como el cuerpo se relaciona con el mundo externo y cómo todo los sistemas se comunican entre sí. Por eso el proceso de detoxificación puede ayudar a reducir las inflamaciones, y permitir que el cuerpo pueda recuperar su innata capacidad para sanar y regenerarse a sí mismo.

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