Nuestro organismo se desintoxica días tras día como parte de un proceso natural de reajuste. Esta es una de las funciones más automáticas que el cuerpo realiza, eliminando y neutralizando toxinas que circulan por el colon, hígado, riñones, sistema linfático, pulmones y piel.

La bioquímica básica de nuestro cuerpo produce residuos y radicales libres, y nuestro sistema está diseñado para lidiar con ellas naturalmente. Sin embargo, en estos días sufrimos un incremento en las toxinas que circulan en el aire, que ingerimos en alimentos altamente procesados, o con pesticidas y químicos, o agua de calidad dudosa, sustancias nocivas ingresando por piel, contaminación electromagnética, visual, auditiva, sensorial, olfativa… Dado el estilo de vida que llevamos, la sobrecarga de toxinas es muy elevada, cosa que va colapsando el sistema de depuración propio del organismo, llegando a debilitar al sistema inmunológico.

Por eso es fundamental ayudar a nuestro cuerpo a realizar un proceso depurativo, que restaure los niveles de salud, para recuperar el equilibrio y activar las fuerzas naturales de auto-curación. Poco a poco se logrará la Revitalización, el Rejuvenecimiento y el Re-balance físico, psíquico y energético. Un estado de salud y bienestar general, relacionado con la vitalidad y juventud.

En el proceso de recrear un nuevo estado de salud y bienestar en todos los niveles, propongo cambiar hábitos para resetear nuestro sistema de salud; si lo hacemos durante 21 días, se habilitan nuevas formas más saludables que de mantenerse, nos llevarán hacia este lugar de salud y bienestar. Una alimentación alcalina y antiinflamatoria es básica, la ayuda terapéutica y la aplicación de técnicas psico-emocionales también, tanto como masajes y terapias depurativas.

Cuerpo y mente deben depurarse y empezar a elegir mejor de que se nutren para detoxificarse y restablecer la salud integral.

Terapia Detox: Desde el area de Salud Integrativa de mi consulta, realizo en equipo con otras profesionales, un Programa Detox de 7 días. Mas información.

Las nuevas tecnologías aplicadas a la investigación en neurociencias permiten entender qué pasa en el cerebro de un meditador y potenciar sus beneficios.

Nuestro cerebro funciona como una especie de tablero en el que, cuando se encienden ciertos botones se desactivan otros, permitiendo así un delicado equilibrio y un proceso de autorregulación que hace posible la vida. De no lograr la autorregulación, el cuerpo viviría un proceso de estrés crónico, cosa que podría generar inflamación en el sistema, predisponiendo a la activación de genes que pueden desarrollar enfermedades como artritis, fibromialgia, hipertensión cardiopatías, cáncer, trastornos de ansiedad, entre otras.

La práctica de Meditación permite que se active el sistema parasimpático del cerebro, y desactiva el simpático; de esta forma el cuerpo y la mente entren en profundos estados de relajación, desactivando la respuesta al estrés, resultando un maravilloso recurso para la creación de salud.

Sin dudas la meditación es un recurso muy valioso que le brinda al ser humano la posibilidad de alcanzar niveles de desarrollo muy elevados. La práctica es muy sencilla y en los últimos años se la ha integrado como un complemento en las psicoterapias de cuarta generación por su efectividad en el tratamiento de trastornos de ansiedad, la prevención de enfermedades y la oportunidad que le brinda a las personas de experimentar estados de felicidad y bienestar general.

 

Más información en mi columna mensual de Green Vivant 

En los últimos años la medicina occidental comenzó a poner más atención en el proceso de detoxificación del cuerpo y su importancia en la creación de salud. Este proceso siempre fue considerado y atendido por la medicina china, el Ayurveda, y la medicina tradicional de los pueblos originarios de todo el mundo.

En estas culturas siempre se creyó que el cuerpo tiene una habilidad innata para sanarse a sí mismo pero que el exceso de toxinas puede obstaculizar dicho proceso.

Debido al estilo de vida moderno esta acumulación de toxinas parece inevitable. El aire cada vez más contaminado, el agua llena de productos químicos, los alimentos saturados de agro-químicos, pesticidas, colorantes y conservantes. Si a esto le sumamos  los residuos de procesos orgánicos, y la acumulación de toxinas provocadas por estados emocionales y mentales negativos, podremos darnos cuenta del enorme trabajo que tiene nuestro cuerpo para deshacerse de todas estas toxinas.

La medicina Integrativa que atiende al cuerpo, la mente y las emociones permite comprender como el cuerpo se relaciona con el mundo externo y cómo todo los sistemas se comunican entre sí. Por eso el proceso de detoxificación puede ayudar a reducir las inflamaciones, y permitir que el cuerpo pueda recuperar su innata capacidad para sanar y regenerarse a sí mismo.

Conoce los programas de Salud Integral

En cada uno de nosotros, en los niveles más sutiles “giran” siete centros de energía llamados chacras. Todo en el universo está conformado por ruedas que giran. Desde las grandes galaxias hasta los miles de millones de átomos que vibran en un grano de arena.

Los chacras son fuerzas vitales y cada uno de los 7 que tenemos, refleja un aspecto de la conciencia esencial para nuestra vida.
El sistema de chacras nos sirve como una hoja de ruta para explorar nuestra propia naturaleza dándole una coherencia y orden.

 

Los chakras son como centros organizadores de todo tipo de información y experiencias, que si se toma de manera simbólica, resultará como un mapa que muestra como guiamos nuestra existencia.

Nuestro cuerpo es el vehículo de la conciencia y los chacras son las ruedas que transportan ese vehículo a través de todas las experiencias que se van presentando permitiéndonos evolucionar en forma espiralada.

 

Todos los centros deben estar abiertos para que a energía circule libremente, cosa que nos permitirá la realización de nuestro pleno potencial.

Se puede desbloquear, actuar o revitalizar cada centro con prácticas de yoga, la utilización de sonidos, colores y la actitud de estar enfocados y plenamente conscientes.

 

 

Primer Chakra, Raíz: es la toma de conciencia de lo que significa estar y ser en el cuerpo, con sus posibilidades y limitaciones. El cuidado del cuerpo, la atención de sus necesidades, lo relacionado con la supervivencia y los sentimientos de seguridad y pertenencia. Las formas de pensamiento grupales y los modos de relacionarnos con el mundo físico y concreto.

Segundo Chakra, Dulzura: es la forma en la que nos vinculamos, e intercambiamos y administramos energía sexual, económica y afectiva.

Tercer Chakra, Gema lustrosa: es la voluntad y la autoestima requerida para alcanzar nuestras metas en la vida, todo lo que gira en torno a la maduración y estabilización del yo.

Cuarto Chakra, Intacto: es la capacidad de experimentar amor incondicional; trasciende el amor personal. Lo que une y enlaza, las relaciones, la fuerza más poderosa que es el amor.

Quinto Chakra, Purificación: es nuestra voluntad y la expresión de nuestra verdad. La comunicación de nuestras ideas e intenciones a otros para crear nuestra realidad y colaborar con otras personas.

Sexto Chakra, Dominar: es la percepción de la realidad, que vemos de acuerdo a nuestros pensamientos y creencias; la forma en que traducimos e interpretamos la realidad.

Séptimo Chakra, Multiplicado por mil: es el sentido de las cosas, el orden subyacente, la conciencia de unidad. La consciencia divina que trasciende todas las fronteras para llegar a la plenitud.

 

 

Creditos Foto: Aweda

Trauma

Del gr. τραῦμα traûma ‘herida’.

1. m. Choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente.

2. m. Emoción o impresión negativa, fuerte y duradera.

Diccionario de la lengua española.

Lo traumático de una experiencia no está tan relacionado con el hecho en sí, como con nuestra interpretación de los hechos. En la interpretación interviene nuestro sistema de creencias y valores. Éstos a su vez, actúan sobre nuestras emociones y desde allí intentamos dar respuesta.

Si pasamos por una experiencia traumática con un alto impacto emocional, lo más probable es que ese impacto se vea reflejado en nuestro cuerpo. El centro energético próximo a esa zona se cerrará a modo de defensa o se debilitará. El impacto de la intensidad emocional involucrado puede generar un corte energético que disminuye nuestra vitalidad.

Para poder absorber y asimilar las experiencias de la vida o que nosotros mismos nos provocamos, necesitamos un tiempo de adaptación. Esto supone una transformación interna. Cuanto más rígidos seamos y más inflexible sea nuestro punto de vista, más difícil será esa adaptación.

A mayor resistencia, mayor sufrimiento. Por eso cada experiencia traumática es una oportunidad para revisar nuestras creencias sobre nosotros mismos, los otros, la vida en su totalidad y como nos relacionamos con ella.

Vivimos en una sociedad muy hedonista y narcisista, en la que envejecer es vivido como una enfermedad. Tenemos que conservar la juventud a cualquier precio y esto es aveces, muy caro. No solo por alto precio de los productos anti-aging, sino porque como individuos nos privamos de una etapa muy importante. En muchas tradiciones la vejez es muy valorada, ya que es un tiempo para privilegiar el desarrollo espiritual y el contacto con lo trascendente.

Para entonces se supone que ya hemos cumplido con nuestras responsabilidades familiares y económicas. Ya es tiempo de estudio, meditación y reflexión. Es tiempo de abrirnos a las grandes preguntas y ensayar agunas respuestas, de prepararnos para la muerte, de explorar el gran misterio.

La sabiduría de aquel que vivió, experimentó, y luego interiorizó y reflexionó, de aquel que vio y sabe, de aquel que puede abrazar mayores porciones de la realidad porque aprendió, es lo que permite aceptar lo que «es».

La conciencia de hechos internos y externos nos recuerdan la realidad. Contemplar la realidad y lo cotidiano, y alimentar nuestra interioridad, yendo hacia adentro, porque cada momento de la existencia es único e irrepetible.

Los ancianos son las guardianas del conocimiento para las próximas generaciones, nos hablan de desafíos que debemos enfrentar para la cotidianeidad y de las distintas posibilidades de respuesta que los seres humanos hemos ensayado. Nos cuentan de la vida en el planeta en su complejidad y de su belleza, que no excluye el dolor, la tristeza y la destrucción.

Envejecer no es garantía de sabiduría, pero es una posibilidad que cuando ocurre, es una bendición para toda la comunidad.

Hoy celebramos el Día de la Tierra, organizado por la Earth Day Network cuya misión consiste en ampliar y diversificar el movimiento ambiental en todo el mundo y movilizarlo eficazmente para construir un medio ambiente saludable y sostenible, hacer frente al cambio climático, y proteger la Tierra para las generaciones futuras.

Para todas las religiones, la filosofía esotérica, la alquimia y la astrología, la Tierra es uno de los 4 elementos – tierra, fuego, agua y aire- . El elemento tierra, es pasivo y femenino, al igual que el elemento agua, frente al aire y el fuego, activos y masculinos.

El cielo y la tierra, uno soporte del otro, dieron existencia a la naturaleza. La tierra asume el papel de elemento femenino, receptivo y nutricio: la Madre Tierra, que alberga a las semillas, que germinan y crecen dentro de ella hasta que salen a la superficie y se hacen visibles, pero necesitan de ese tiempo y de ese espacio para su incubación.

También se relaciona con nuestro interior, el silencio, el ir hacia adentro alejándonos de las distracciones de la vida cotidiana. Sembrando los valores esenciales y fundamentales para poder vivir plenamente, en paz y armonía.

Honramos este día instándote a llegar a tu interior para sembrar los valores que hagan el mundo mejor para nosotros y las generaciones futuras.

Hombres y Mujeres tenemos aspectos femeninos y masculinos en nuestra persona. Las experiencias nos permiten desplegar aspectos y aptitudes desconocidas para integrar ambos aspectos poco a poco.

En ciertas oportunidades desarrollamos uno durante un tiempo y nuestra atención y dedicación se focaliza en ese aspecto, luego necesitamos equilibrarnos, produciendo el opuesto.

Este proceso puede generar una gran tensión y algún desconcierto, ya que mientras lo estamos atravesando no tenemos ni certezas ni la claridad suficiente para saber hacia adonde vamos y las implicancias que esto puede tener en nuestra vida.

Lo cierto es que hoy muchas mujeres están rompiendo con el paradigma del patriarcado y se presentan independientes, fuertes, exitosas, desarrollando sus aspectos masculinos, y muchos hombres se van abriendo a sus aspectos femeninos, permitiéndose ser más sensibles, expresando sus emociones y mostrando su vulnerabilidad y su creatividad. Por supuesto, otros tantos, aún se sienten desconcertados al no poder responder con sus viejas programaciones a la realidad cambiante.

Poco a poco se van creando espacios adonde varones y mujeres debemos establecer acuerdos, donde ya no es el poder de uno sobre otro lo que define la relación. En la elección de estar juntos el «qué» y el «cómo» tienen que redefinirse.

Las mujeres y los hombres vamos creando una danza singular, en la que nos encontramos y nos fusionamos, para liego separarnos y reencontrarnos, permitiendo que nuestras facetas femeninas y masculinas se vayan acercando, hasta integrarse en uno. La energía femenina y masculina se abrazan y se funden en el centro del corazón que integra a estos opuestos que dejan de ser contradictorios para transformarse en complementarios. Lo masculino y lo femenino, es uno soporte del otro, igual que el cielo y la tierra, la chispa en el centro del corazón.

Hombres y mujeres debemos encontrarnos, respetando nuestras diferencias desde la mutua aceptación y reconocimiento, integrando primero, los opuestos complementarios en nosotros mismos. El amor es lo que verdaderamente puede acercarnos.

Hoy se celebra el DÍA MUNDIAL DE LA SALUD, creado por la Organización Mundial de la Salud, es un organismo especializado de las Naciones Unidas, fundado en 1948, cuyo objetivo es alcanzar, para todos los pueblos, el mayor grado de salud.

En su Constitución, la salud se define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades.

Como terapeuta integrativa mi atención está enfocada en crear las mejores condiciones posibles para que cada persona pueda desarrollar su pleno potencial conectándose con su verdadera esencia más allá de los roles adjudicados familiar o socialmente. Al abrirnos a la posibilidad de una mirada integradora que reúne el plano físico, emocional, mental, social y espiritual, podemos reconocer una realidad interrelacionada y así descubrir nuestra íntima conexión con la vida en todas sus dimensiones.

Las mujeres tuvimos que entregar muchos aspectos femeninos para lograr la igualdad de derechos entre los géneros, al punto de intentar -frecuentemente- ser como los hombres. Para sentirnos fuertes y dignas, debíamos estar con hombres y reproducir sus valores.

Hoy podemos ver gran cantidad de mujeres en cargos directivos, que quedan tomadas por un arquetipo de líder absolutamente masculino. Nuestra exagerada valorización de las virtudes del patriarcado que somete y desvaloriza lo femenino -bajo las que muchas nos criamos- trajo enormes consecuencias para la sociedad.

Mientras nuestro lado masculino piensa en conquistas, competencia, logros individuales, exitos materiales…nuestro lado femenino sueña con el sentido de comunidad, cooperación, interrelación e integración.

Ambos aspectos están presentes en hombres y mujeres, y las circunstancias de la vida nos hacen explorarlos y desplegarlos, incluso los que no reconocemos como propios que proyectamos en el exterior, lo que hace que nos sintamos atraídas por personas que tienen afinidad por esos aspectos reprimidos.

Nuestra forma de integrar el aspecto femenino y el masculino a la conciencia es reconocer que nada de lo que atraemos nos es ajeno realmente, nos guste o no, es una parte nuestra que debemos aceptar y reconocer en nuestro proceso de individualización y realización.

El desafío de esta época es, cada uno integrar los opuestos complementarios, y encontrarnos hombres y mujeres respetando nuestras diferencias desde un lugar de mutua aceptación y reconocimiento.