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Seguridad Es muy importante ofrecer un espacio seguro en el que podamos sentir que nuestra vulnerabilidad va a ser cuidada. Nos protege del miedo al abandono.

 

Pasión Es la fuerza emocional que nos mueve al encuentro, la atracción, el deseo, que abre a un espacio de intimidad, de mayor proximidad.

 

Compromiso Es el acuerdo entre las partes que permite crear un espacio de confianza. Hay opciones y una elección. Una decisión que puede contemplar mis necesidades y las del otro.

 

Aceptación Es la recepción amorosa e incondicional de uno y de quien el otro es, abrazando sus luces y sus sombras.

 

Comunicación Es el intercambio de información que hace posible la relación. En la comunicación es importante la claridad, la asertividad, la amabilidad, la coherencia, la honestidad. Es importante tanto saber hablar cómo poder escuchar con atención plenamente presente.

 

Interés genuino Querer saber del otro. reconocerlo en los niveles más profundos. Ver al otro más allá de las propias proyecciones.

 

Sentido de comunión con la totalidad Trascender las limitaciones egoístas. Favorecer el sentido de unidad. Disolver la ilusión de la separatividad.

El centro del corazón es un punto central en el sistema de chacras. En el centro del corazón trascendemos el nivel del ego y nos adentramos en el alma humana. Su función es equilibrar e integrar los distintos aspectos de nuestra multidimensionalidad. Permite un estado del ser que puede abrazar a la totalidad de la existencia.

Nuestra fuerza vital fluye y recorre nuestros centros energéticos o chacras, desplegando su poder de creación y manifestaciónCada chakra refleja un aspecto de la conciencia esencial para nuestra vida.

Funciones del cuarto chacra

Desde el centro del corazón la sanación es posible ya que sanar significa devolver al estado de integridad. Esto es posible gracias al amor incondicional que nos permite abrazar la totalidad de quienes somos más allá de toda crítica o juicio que nos escinde y nos disocia. La sanación es posible porque podemos despertar en nosotros la compasión, la capacidad de sentir con el otro sin perder la conciencia de la propia singularidad. La capacidad de resonar con el otro que es parte de uno mismo. Como hojas de un mismo árbol que despiertan a la conciencia del árbol.