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La glándula Pineal o la epífisis cerebral es una pequeña glándula endócrina del tamaño de un grano de arroz (5-8 mm) que se encuentra en el centro del cerebro entre los dos hemisferios cerebrales, por encima del tálamo. Forma parte del sistema límbico, es decir que tiene que ver con la vida instintiva afectiva del cerebro.

 

Tradiciones y Ciencia

Descartes (1596-1650), citando a Galeno que fue padre de la medicina del siglo lll, habló de la Pineal cómo “el asiento del alma”. Los hinduistas la llaman el tercer ojo relacionado con el chacra Ajna, dándole significado místico, ya que al ser activada, posibilita el despertar de la conciencia , la iluminación y la percepción clarividente. Es el ojo celestial del que hablaban los antiguos chinos. El palacio Diwan de los Taoístas. Para la cristianismo, es el ojo de la providencia, el ojo único de las escrituras (Mateo 6:22). El ojo de Horus de los egipcios, el Udyat “el que está completo”, el símbolo solar que encarna el orden, lo imperturbado, el estado perfecto. El ojo del cíclope, de los titanes griegos, que podían tener una percepción directa del cosmos como realidad interna.
Wallis Budge hace mención que en algunos papiros se representaba a la persona fallecida con una piña adherida a la coronilla de su cabeza al entrar en la sala del juicio de Osiris en la que su alma era evaluada en función de las acciones realizadas durante su vida.
¿Cuál es la razón por la cual tantas tradiciones hacen mención al tercer ojo?

El tercer ojo es el concepto místico y esotérico de un ojo invisible que permite una captación de la realidad mayor a la ordinaria.

Este centro o vórtice energético se asoció con la glándula Pineal no solo desde las escuelas esotéricas, sino que también desde ciertas corrientes científicas debido a sus características y propiedades. En los animales inferiores, esta glándula se encuentra en la superficie del cráneo por debajo de la piel y tiene la capacidad de captar la luz.

Los científicos observaron que la glándula pineal posee fotoreceptores al igual que los ojos físicos. Esta es especialmente sensible a los campos magnéticos y segrega dos hormonas fundamentales para la vida según su exposición a la luz o no.

  • Ante la presencia de luz, libera serotonina que es la responsable de activar al organismo y generar un estado de bienestar y felicidad, además de regulador del apetito, la temperatura corporal y el deseo sexual.
  • La melatonina se activa con la oscuridad, induciendo al sueño y al descanso reparador. Está relacionada con el inicio de la pubertad, posee propiedades antienvejecimiento y antiinflamatorias ya que combate los radicales libres.

Rick Strassman, un académico e investigador de la Universidad de Nueva México observó que la glándula Pineal segrega una sustancia alucinógena llamada DMT (dimetiltriptamina) e investigó el efecto de la misma en los humanos entre 1990 y 1995. Esta sustancia que es un enteógeno alcaloide, está relacionada con la producción de sueños, las alucinaciones y la creatividad. Puede ser liberada en grandes cantidades durante el nacimiento y el momento de la muerte.
Strassman llamó “la molécula espiritual” a este potente alucinógeno presente en el cerebro humano, Y  también en muchas plantas. En algunas tradiciones del amazonas se realizan ceremonias con Ayahuasca, que es una mezcla de dos plantas: la enredadera de la ayahuasca (Banisteriopsis Caapi) que posee betacarbolinas, y un arbusto llamado chacruna (psychotriq viridis), que contiene DMT y le da a la mezcla propiedades visionarias y curativas .

¿Qué cosas bloquean el normal funcionamiento de la glándula Pineal?
La glándula Pineal puede calcificarse por no estar protegida por la barrera encefalográfica y quedar así muy expuesta a agentes químicos y bacterias. Varias investigaciones demostraron que la glándula Pineal es el principal foco de acumulación de fluoruro de sodio en el cuerpo. El fluoruro se encuentra principalmente en el agua potable, en ciertos productos como pastas dentífricas, algunos antidepresivos (fluoxetina), ciertos antibióticos (fluoroquinolona), utensilios antiadherentes. La glándula Pineal absorbe el flúor y éste busca estabilizarse enlazándose con el calcio y provocando así, la calcificación de la Pineal. La glándula Pineal calcificada inhibe la producción de serotonina, melatonina y DMT, afectando de esta manera a la capacidad creativa, al estado de ánimo, induciéndolo a la depresión e incluso bajando el nivel intelectual.
Otras sustancias que afectan negativamente a la glándula pineal son el azúcar refinada, el alcohol, el mercurio, el tabaco, la cafeína y los alimentos procesados.

¿Qué trastornos puede ocasionar la calcificación de la glándula Pineal?
Cuando se suprime el normal funcionamiento de la glándula Pineal, la producción de Melatonina se ve afectada y puede predisponer a la la enfermedad de Alzheimer, insomnio, la desregulacion del ciclo circadiano, el trastorno bipolar, dolores de espalda baja. También problemas en el sistema inmunológico, digestivo, respiratorio, circulatorio, la función renal y problemas en la piel como eczema por la descomposición del colágeno.

¿Qué podemos hacer para activarla y descalcificarla?

  • Evitar las fuentes de flúor de la dieta y el agua, utilizando filtros por ósmosis inversa.
  • Realizar alguna práctica de yoga, meditación.
  • Musicoterapia (música de relajación frecuencia 432 hertz).
  • Realizar un proceso de detoxificación del cuerpo.
  • Consumir algas de color verde/ azul como la espirulina y la clorella.
  • Beber jugo de pasto de trigo (wheat grass).
  • Consumir vitamina K1 y K2 que se encuentra en el aceite de pescado, las yemas de los huevos, los mariscos, el hígado de ganso y gallina y el chucrut. Esta vitamina en combinación con la A y la B3 elimina el calcio de las arterias, y la glándula pineal y lo transfiere a los huesos.
  • Consumir boro que se encuentra en la remolacha, y evita la calcificación al eliminar el flúor del cuerpo.
  • Consumir cacao crudo y orgánico, que es un potente antioxidante y activa la pineal.
  • Vinagre de manzana.
  • Cúrcuma.
  • Aceite de coco.
  • Ácido málico presente en el ajo.
  • Tomar sol.
  • Realizar baños de sal (agua caliente y 1 o 2 kg de sal marina).

Es interesante saber que nuestro cerebro nos brinda la capacidad de alcanzar estados elevados de conciencia y desarrollar el discernimiento y la claridad mental sin la necesidad de introducir elementos externos al organismo. Pero es muy importante cuidar la salud en general y muy especialmente a la glándula pineal evitando su calcificación.

Solemos asociar a la nutrición exclusivamente con los alimentos que ingerimos. Podemos incluso encontrarnos debatiendo sobre si es mejor la dieta paleo, macrobiótica, crudivegana, etc. Al momento ya hemos desarrollado más de 100 tipos de dietas para todo tipo de personas y circunstancias. Lo más probable es que la mayoría de las personas a esta altura ya tenga algún grado de confusión respecto de lo que se supone es mejor comer para tener un buen estado de salud. Muchas de estas dietas son contradictorias entre sí y es difícil elegir cuál es la mejor.

La medicina moderna e integrativa cada vez más se está orientado hacia la bioindividualidad. Esto significa que se empieza a tomar en cuenta la singularidad constitutiva de cada persona desde el punto de vista biológico, psicológico y espiritual, entendiendo que lo que es bueno para alguno puede ser un veneno para otros si no se toma en cuenta la distinción entre un sujeto y otro. Por lo tanto difícilmente podemos caer en generalidades o modas respecto de cómo nos nutrimos en el sentido amplio. Esto significa la totalidad de elecciones que hacemos en nuestra vida y que incorporamos a nuestra realidad, tomando en cuenta el trabajo, nuestras relaciones, entorno, etc. No todos necesitamos lo mismo para mantenernos sanos, fuertes y felices.

Este es el punto en el que cada uno debería empezar a tomar responsabilidad en cuanto a su bienestar. Ningún médico o terapeuta podrá tener mayor conocimiento de una persona que la persona misma, ya que no está dentro de su cuerpo para detectar cuando algo que comió le cayó mal o reconocer el grado de toxicidad que le produce una relación o el lugar en el que vive. Claramente los profesionales podrán ayudar en el proceso de autoconocimiento. Para ello éstos cuentan con recursos como los análisis clínicos cada vez más específicos, estudios genéticos, estudios para detectar alergias, terapias de todo tipo para ayudar a la persona a conectarse en mayor profundidad y conocer su verdadera naturaleza. En su esfuerzo por adaptarse al medio y asegurarse el amor suficiente como para que sus necesidades fueran cubiertas muchas veces tuvo que “torcer “su naturaleza, generando de esta manera todo tipo de trastornos.

Sin dudas el camino hacia una buena nutrición comienza con una fase exploratoria de reconocimiento de quienes somos y cuáles son nuestras necesidades básicas. Si no partimos de allí, todo intento por seguir un modelo o recetas estarán destinadas al fracaso y a alejarnos cada vez más de nosotros mismos cayendo en la confusión y en el sinsentido.

El regreso a casa comienza desde lo más básico:

  • Reconociendo qué alimentos nos hacen bien, tratando de buscar siempre la mejor calidad de los mismos, ya que esto significa que nos estamos amando y brindando lo mejor. A veces confundimos lo mejor con lo más caro. Esto solo es un recurso de marketing. Lo mejor es aquello que respeta nuestra naturaleza y cuanto menos industrializado más cercano a la naturaleza está.
  • Por otro lado, respetar las horas de descanso, de juego, de actividad física, de encuentro con afectos.
  • Nutrirnos de un ambiente agradable.
  • Eligiendo un trabajo que nos brinde estímulo, satisfacciones y que alimente nuestra autoestima.

¿Cómo empezar? De a poco. Pequeñas decisiones que nos permitan realizar acciones que nos conduzcan hacia el camino de regreso a casa, hacia quienes somos auténticamente. Nada más cercano a la felicidad.

Compartimos links con notas interesantes sobre Bienestar, para leer durante el tiempo libre que nos hacemos en vacaciones. Que lo disfruten!

 

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Si pensamos qué es lo que deseamos para nosotros, nuestros hijos y demás, todos responderemos «ser felices». Sin embargo nos encontramos con la realidad de que muchos no se sienten verdaderamente felices y no saben cómo lograr tan preciado estado. Esto deja a las personas y a las nuevas generaciones frente a una gran incógnita y un gran desafío: lograr eso que no se sabe muy bien qué es y mucho menos cómo lograrlo!

Hemos proyectado la posibilidad de la felicidad en múltiples y variadas cosas: la adquisición de objetos, dinero, pareja, hijos, tecnología, diversión, drogas, alcohol. Y si bien, todas estas cosas pueden brindar algún nivel de satisfacción, no traen la felicidad.

Las neurociencias tienen algo para decirnos al respecto: si bien conseguir cosas deseadas activa la secreción de dopamina, responsable de la experiencia placentera, fácilmente podemos entrar en una relación adictiva con aquello que nos da placer y de esta manera establecer un vínculo de dependencia que nos puede conducir a una relación tortuosa con aquello que en principio traía placer.

La sociedad de consumo es un resultado de aquella ilusión que hemos creado y reproducimos inconscientemente de generación en generación. La publicidad trabaja sobre este principio y nos habilita a soñar e imaginarnos cómo nos vamos a sentir cuando compremos tales y cuales productos! La mala noticia es que esta ilusión no nos va llevando por buen camino, por lo menos en cuanto al logro de la tan anhelada felicidad. Pero no son todas malas noticias, parece ser que las crisis nos llevan a reflexionar a niveles más profundos y mirar adónde estamos parados para buscar nuevas soluciones.

 

A lo largo de 80 años se realizaron investigaciones en la Universidad de Harvard para tratar de entender en donde se encontraban las claves de la felicidad. Estás investigaciones mostraron lo siguiente:

-La gente con mayores signos de felicidad fueron aquellos que se esmeraron en construir buenas relaciones y estar cerca de la familia, los amigos y su comunidad.
-La calidad en los vínculos y no la cantidad, es lo que trae más satisfacción.
-El apoyo mutuo, el desarrollo de la empatía, saber escuchar y ser escuchado atentamente conducen a una vida más sana y feliz.
-Enfrentar juntos las dificultades enriquece y fortalece los vínculos.

Waldinger, un prestigioso psiquiatra que trabajó en dicha universidad afirmó: «son las buenas relaciones las que hacen a las personas más felices y más saludables. »

Este año el diario La Nación publicó un artículo sobre el secreto de los daneses para ser los más felices del mundo. Ellos lo atribuyen a una práctica que denominan «hygge», un término que no tiene traducción, pero expresa el sentimiento de bienestar, comodidad, calma y calidez que se puede experimentar en el hogar disfrutando de las pequeñas cosas de la vida cotidiana. En este sentido hay una especial preocupación en crear ambientes agradables, situaciones de intimidad y confianza entre las personas que comparten espacios y la alegría de abrir las puertas para compartir con familia o amigos.

Los finlandeses son tan consientes de esto que han acortado las horas de escolaridad en la primaria y han suspendido la tarea en el hogar. Consideran que en la infancia es muy importante el tiempo de ocio creativo, el momento de juego, distensión y sociabilización. Valoran que los niños estén contentos y se encuentren con sus pares a jugar y guiarse por la curiosidad.

Podemos observar que la atención está puesta en construir buenas relaciones con uno mismo desde un lugar de amor y aceptación, con los otros y con nuestro entorno. Esto pone en evidencia que no son tanto las cosas como la forma en la que nos relacionamos con ellas lo que puede acercarnos a mayores niveles satisfacción. Y no significa que debemos renunciar a metas que suponen grandes desafíos de desarrollo personal, sino que nos muestra que podemos aventurarnos en esa dirección y disfrutar de ello, sabiendo que es sólo una experiencia que estamos creando para realizar un aprendizaje, y la felicidad no depende de ello. Esto nos empodera y al mismo tiempo nos libera de toda falsa expectativa.

 

Algunas recomendaciones prácticas para crear bienestar y salud en nuestras vidas:

-Experimentar alegría y gratitud por el hecho de estar vivos y poder acompañarnos en nuestros aprendizajes.
-Acompañarnos en los momentos difíciles.
-Resolver juntos situaciones conflictivas.
-Crear en el hogar ambientes cálidos, serenos, receptivos.
-Construir vínculos de confianza e intimidad .
-Disfrutar de la naturaleza, cuidarla y respetarla.
-Cuidar de nuestro cuerpo a través de una alimentación sana y ejercicio físico como una forma de amor y respeto hacia nosotros mismos.
-Crear momentos de ocio y relajación.
-Hacer algún aporte a nuestra comunidad como una forma de cuidado y gratitud.

Tal vez esta sea otra forma de transitar la vida; tal vez podamos ir acercándonos a la tan anhelada felicidad través de pequeños actos de la vida cotidiana, creando así, las condiciones de confianza y seguridad básica que nos permitan alcanzar mayores niveles de satisfacción y bienestar, sentando las bases de una nueva forma de ser en el mundo para las próximas generaciones.

 

Investigaciones realizadas en prestigiosas universidades nos brindan evidencia científica de cómo nuestras relaciones inciden en nuestro estado de salud y bienestar general. No es que no lo supiéramos antes, pero ahora podemos conocer cuáles son las reacciones químicas que produce cada estado anímico en el cuerpo. Vamos comprendiendo así cuáles son los mecanismos sutiles a través de los cuales el entorno «se nos mete en la piel» y cómo nos afecta.

Las relaciones pueden representar una gran fuente de recursos contra el estrés, así como un importante factor desencadenante del mismo. El ser humano es un ser social y su vida se encuentra en íntima relación y codependencia con otros. Toda experiencia de aislamiento, soledad, posibilidad de pérdida o constantes conflictos en las relaciones personales pueden ser experimentados como una amenaza, dándole al cuerpo la señal de que debe prepararse para una posible experiencia traumática. Así nuestro cuerpo comienza a dar la respuesta de estrés que prepara nuestra fisiología para el ataque o la huida. Mientras que ante una situación placentera u amorosa, el cuerpo da una respuesta de relajación y segrega entre otros neurotransmisores, endorfinas que nos dan la posibilidad de experimentar bienestar y felicidad.

Se ha podido observar que no todas las personas responden de la misma manera ante situaciones similares. La diferencia radica en la carga genética, las improntas de los primeros años de vida, el entorno, las experiencias a lo largo de la vida, las creencias que tenemos, las conclusiones que vamos sacando sobre de las experiencias que atravesamos, y los recursos con los que sentimos que contamos para enfrentarlas.

Cuidar nuestros vínculos y elegir aquellos que son sanos y nutricios, es fundamental para nuestro bienestar y el de los que amamos.

Es muy importante crear una red de afectos en la que podamos sentirnos cuidados, contenidos y aceptados por lo que somos. Con quienes podamos compartir los buenos y los malos momentos.

Las vacaciones nos brindan una gran oportunidad de dedicarle el tiempo y la atención a aquellas personas que forman parte de esta red de relaciones para que esos vínculos puedan fortalecerse y crecer. Y si sentimos que no contamos con esa red, es un buen momento para ocuparnos de crear nuevos vínculos o reconectarnos con personas que forman parte del pasado que realmente apreciamos. Recordando que para que algo pueda crecer debemos poner intención y atención, y si tenemos dificultades con esto podemos empezar por pedir ayuda!